Un Salvavidas Urbano
Anónima cierra la brecha entro los niños y la ciudad con su instalación para el League Prize 2024.
Anonima es un ganador del League Prize 2024.
Los niños se encuentran con ciudades que no fueron planeadas a su escala. Para ayudarlos a habitar la urbe y formarse como actores en ella, Anónima creó el Salvavidas Urbano. En la siguiente conversación el fundador de la firma, Erik Carranza habla con Alicia Botero, de The League, acerca del desarrollo de la instalación, la posibilidad de una educación de Arquitectura Primaria y como los diseños de la firma incorporan las opiniones de los más jóvenes.
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Alicia Botero: ¿Cómo surgió la instalación? ¿Cuál fue el proceso de desarrollo de la idea?
Erik Carranza: La instalación surgió preguntándonos acerca del cuerpo y sobre todo de como lo representamos, no solamente la representación arquitectónica, sino también la representación urbana: ¿cómo leemos esos cuerpos en la ciudad que se convierten en algún momento dado en una señalización e inclusive en un medio de comunicación?
Entonces la primera idea que surgió fue retomar la cuenta de Instagram, que al final es una recopilación de imágenes de la ciudad, pero que evidentemente tiene que ver con estas referencias de cómo representamos cuerpos, proporciones, ergonomía, antropometría, de cómo representan los arquitectos, de cómo se representan los cuerpos en otras disciplinas e inclusive de la carga de simbolismos que hay detrás de todas estas representaciones.
Si uno se acerca, por ejemplo, al Arte de Proyectar en Arquitectura de Ernst Neufert, se da cuenta que la representación de la mujer solamente se da en unas cuantas páginas y muy claramente en ciertas actividades: en la cocina, en el supermercado o en espacios para el aseo. Esto tiene unas repercusiones históricas en la enseñanza y producción de la arquitectura de una perversidad que no se pueden dimensionar ni medir. Y nos preguntamos constantemente sobre eso: ¿Qué tan vigentes son estas situaciones, estas referencias y estos autores en la actualidad?, ¿No está ahí parte de la suciedad histórica, en seguir usándolos y citándolos?, ¿No tendría que existir en este momento algo mucho más vinculado a lo que estamos viviendo?, nuevos lineamientos que aborden temas de perspectiva de género, de identidad de otras representaciones y otros discursos…
Entonces empezamos con una idea muy vaga y básica de hacer esta recopilación de imágenes ya no solamente con la cuenta de Instagram, sino revisando a los autores y su repercusión en el medio arquitectónico. Queríamos establecer el contenido dentro de una curaduría en un supuesto Museo de la Escala Humana, una revisión histórica de cómo nos hemos representado a lo largo del tiempo, ya que la percepción espacial está ligada con la representación de la escala humana.
No estábamos muy conformes con el resultado porque era demasiada información que lleva a mucha producción y gestión y en México no es fácil encontrar espacios de exposición a la escala que estábamos imaginando.
De repente en estas reflexiones y ensoñaciones me acordé de haber leído en algún lado una cita “…que tan importante era Paladio como el primer café de la mañana”. Cuando la busqué no la encontré, pero caí en cuenta de la referencia donde la hacían Denise Scott Brown y Robert Venturi que es la reinterpretación que hacen de El sueño del arquitecto de Thomas Cole. De ahí empezamos a documentar y a describir ese sueño tratando de entender las referencias, las arquitecturas, de entender inclusive sobre que libros estaba dormido Ithiel Town. Ahí encontramos esta relación simbólica de la lectura de la ciudad con el espacio y el cuerpo y como se está representando— que era precisamente lo que estábamos buscando.
Nos dimos cuenta de que al final posiblemente esto que estamos describiendo no es un sueño. Es más una pesadilla para los arquitectos, porque esas cosas, como la falta de integración al contexto, el exceso de lo gráfico y la arquitectura como símbolo y no como espacio, son precisamente de alguna manera los elementos que se combaten desde la práctica arquitectónica: lo estilístico de esta. Eso nos ayudó a hacer el clic de empezar a vincular el sueño con la pesadilla. Pensamos a partir de esta pesadilla que tendríamos que empezar a generar unas nuevas lecturas de esas referencias para las futuras generaciones y establecer una comunicación completamente diferente en la ciudad. Esto dio paso a la instalación: una serie de herramientas para acercarse a la arquitectura y a la ciudad desde la infancia.
Botero: ¿Cómo ven esta caja de herramientas que han creado siendo usada?
Carranza: Existen las clases de civismo, que tienen que ver con la conformación de ciudadanía. Tendríamos que complementar esa clase de civismo con una clase sobre urbanismo, arquitectura o ciudad ¿no?, que tuviéramos como principio esta idea de una Arquitectura Primaria, que pensándolo en voz alta, no serían clases de arquitectura tal cual, serían clases de apropiación y de apreciación espacial para que los niños vayan entendiendo todo lo que conllevan estos temas espaciales, como por ejemplo el tema del agua, de como moverse en la ciudad, como identificar la flora y la fauna en la ciudad, valores históricos, valores culturales, valores arquitectónicos y urbanos, obras que vale la pena preservar…
Lo que nos interesa es precisamente que empiecen a preguntar ¿Cómo se usa? ¿Para qué sirve? ¿Esto lo puedo tocar? Y entonces a partir de eso ya se empieza a generar este diálogo que buscamos. Por ejemplo, la caja de herramientas tiene representada fauna con animales de concreto porque existía un arquitecto que en los setenta diseñó estos juegos infantiles. Al ver los animales los niños mismos empiezan a levantar la mano y decir sí, yo me acuerdo, o, en mi parque o cerca de mi casa hay uno que todavía sobrevive. A partir de ese uso se empiezan a generar diálogos y discusiones. Los niños empiezan a entender cómo pueden leer las herramientas y a través de ellas la ciudad, cómo se pueden empezar a nutrir, a generar sus puntos de interés, de identificación, sus puntos de encuentro.
Estamos suponiendo que digamos en una educación básica primaria de 100 alumnos que estudian en una escuela posiblemente uno o dos terminarán siendo arquitectos o diseñadores, pero si esos dos tienen la base de percepción espacial a través de las herramientas, seguramente cuando ellos tengan que tomar decisiones para la ciudad, para el espacio, lo harán de una manera mucho más consciente; es una apuesta muy de largo tiempo, pero creo que se tiene que hacer por lo que estamos viviendo en este momento las ciudades… Las tomas de decisiones desde lo político son sin fundamento, se realizan desde el desconocimiento y la ignorancia. Hay mucha destrucción del patrimonio urbano, arquitectónico y lúdico y esto se hace indiscriminadamente: deciden retirarse esculturas de juego diseñadas por arquitectos en los setenta sin ningún criterio y se sustituyen por estructuras de plástico que te duran tres o cuatro meses; entiendo que hay un proceso y un ciclo económico en esa toma de decisiones, los cuales no comparto, me parece que la economía no es la única que tiene que regir en la toma de decisiones de las ciudades.
Botero: Me pregunto ¿qué pasa con los otros 98 o 99 niños en la clase? ¿Cómo ves este juego impactando la población de no arquitectos?
Carranza: Ya les pusimos sobre la mesa esta semilla para hablar del espacio, para hablar de la ciudad, para decirles por qué es importante, posiblemente de esos 100 niños ninguno sea diseñador, pero ya tienen esta idea en la cabeza de que hay algo que se llama espacio, que se llama cuerpo, que se llama ciudad, que hay un valor arquitectónico, un valor histórico y que vale hacerse preguntas, cuestionar, dialogar y discutir el por qué.
Por ejemplo, con amigos que tienen hijos e hijas entre seis y siete años y salimos de viaje y los niños ya están aburridos de tanto caminar, tanto museo, tanto restaurante, tanta adultez diría yo, me pongo a jugar con ellos a “busquemos tesoros urbanos”. Un grafiti puede ser un tesoro urbano, o una intervención, o un sticker, o un error como una loseta que cambió de dirección porque el departamento de obras tuvo que hacer una modificación y le dio lo mismo ponerla chueca que ponerla como debía. Y entonces para los niños ese kilómetro que era algo pesado se convirtió en un descubrimiento de lectura de la ciudad ¿te imaginas lo que podríamos encontrar a la escala de los niños en la ciudad si tuvieran esa base espacial de la que hablamos como Arquitectura Primaria?
Creo que esta instalación lo que nos detona es eso: muchas posibilidades, es un puente para relacionarse con una ciudad que no fue hecha a su escala. Es como el sueño: de repente van entrando muchas cosas, se convierte en pesadilla y eso te empieza a detonar cosas al día siguiente en la cabeza y dices okay, puedo interactuar de muchas maneras con la realidad.
Botero: Me interesa que me cuentes si los niños a su vez impactan los procesos de diseño de Anónima…
Carranza: Para nosotros como oficina la jerarquía de decisiones es: si funciona para los niños y para las personas de tercera edad funciona para todos, porque estamos tomando en cuenta los polos de la vida y sabemos que en medio hay un grupo que puede tener cabida en ese tipo de situaciones. Todos fuimos niños y seremos adultos mayores por lo que en los procesos de diseño siempre hay una reverencia al pasado y una referencia al futuro. Eso es lo que tiene de importante el diseño, tienes que trabajar con una temporalidad pasada y futura y no solo con el presente.
Y por otro lado, nuestra primera aproximación al compartir proyectos siempre ha sido con los niños. Nos hemos dado cuenta de que los adultos tienen muy claro qué es lo que quieren y entonces pueden estar a favor o en contra de ciertas cosas y ellos siempre van a ver por su propio interés, una persona adulta nunca va a pensar en los demás. Los adultos son personas individualistas, los niños son colectivos, piensan en diferentes niveles y en otras escalas.
Me acuerdo de que una vez, en una conferencia de broma, dije que uno de nuestros principales asesores en la oficina eran los niños, porque me cambiaban la perspectiva de las cosas. Ese comentario a manera de romper el hielo y cambiar la perspectiva de la audiencia hoy es metodología. En cada proyecto hay este componente lúdico ya sea en el proceso, en la interacción con la comunidad o en el diseño. Todas estas herramientas pueden empezar a convertirse en facilitadores para el diseño del espacio por parte de los niños.