La vivienda tradicional mexicana está desapareciendo y con ella, una forma de vida

A medida que las fuerzas políticas, sociales y económicas amenazan la arquitectura vernácula de la nación, la firma de arquitectura COMUNAL defiende su valor.

April 11, 2018

Mayan house. Credit: Onnis Luque

Entrevista con COMUNAL: Taller de Arquitectura, una de las ocho firmas reconocidas en la competencia Emerging Voices 2018.

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Durante los últimos dos años, la firma de arquitectura de la Ciudad de México, COMUNAL, ha colaborado con el fotógrafo Onnis Luque para documentar la desaparición de la vivienda tradicional vernácula mexicana. La editora digital de the Architectural League, Sarah Wesseler, habló con Luque y con la fundadora de COMUNAL, Mariana Ordóñez Grajales.

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¿Cómo inició este proyecto?

Onnis: Inició en Yucatán. Fui con COMUNAL a hacer un trabajo de investigación sobre la vivienda maya, y quedamos sorprendidos y maravillados con la sabiduría que existe en su proceso de producción: cómo se relaciona con el medio y el territorio; cómo entienden perfectamente los ciclos vitales del entorno, las temporadas, las maderas que existen en los cerros cercanos.

La tierra y la vivienda forman parte de una sola cosa. La vivienda tradicional vernácula se vuelve un elemento más del mismo territorio.

Mariana: Hoy en día, el tema de la migración, y la expansión urbana hace que se pierdan estas tipologías tradicionales, y con ello toda nuestra cultura ancestral constructiva.

Y, aunado a eso, las políticas públicas que tiene nuestro país para la vivienda están reforzando esta pérdida. La política actual considera que la vivienda vernácula no es segura. Es cierto que algunas particularidades de esta pueden mejorarse, pero esto no significa que debemos desechar todos los saberes constructivos y arquitectónicos de nuestros pueblos originarios.

Es difícil encontrar información sobre el tema. Valeria Prieto publicó un libro [Vivienda Campesina en México] sobre la vivienda vernácula mexicana en 1985, pero yo ni siquiera había nacido cuando se realizó dicha publicación.

Entonces, queríamos proveer información más actual y llevar a cabo una investigación más rigurosa con estas tipologías. Empezamos a visitar estas comunidades en las que nos ha tocado trabajar, intentando entender los métodos constructivos tradicionales.

Diseños sobre las tipologías vernáculas y contemporáneas de la comunidad maya en Motul, Yucatan. Credit: COMUNAL

Onnis: Nuestra idea será cubrir el territorio. Ahorita tenemos material del sur, algo del norte y del centro, pero eventualmente quisiéramos hacer un trabajo exhaustivo respecto a la vivienda tradicional.

Han escrito que la oposición a la vivienda tradicional del gobierno tiene que ver con el deseo de apoyar la industria de la construcción. ¿Pueden elaborar al respecto?

Mariana: Creemos que hay una tendencia a beneficiar las desarrolladoras y las constructoras.

Por otro lado, existe mucha ignorancia frente a cómo funciona la vivienda tradicional. Se considera precaria por los materiales biodegradables que usan, pero la verdad es que los materiales como el concreto y el acero se degradan más rápido en algunas regiones.

Casa Tzeltal. Foto: Onnis Luque.

Es muy complicado. El gobierno tiene la tendencia de solo entender estos temas en términos cuantitativos. Te dicen, por ejemplo, que tienes que tener una sala, un comedor y dos cuartos en la vivienda rural. Sin embargo, la realidad es que no se puede dividir la sala del comedor en una vivienda rural porque estos espacios grandes se usan como espacio único donde se pone la cosecha. Es donde desgranan el maíz y ponen a secar el café. Hay una relación indivisible entre el territorio, la producción alimentaria y la vivienda.

Existe mucho trabajo político deficiente respecto a esto. Estuvimos trabajando con la CONAVI, que es la Comisión Nacional de Vivienda, y nos decían “Bueno, pero es que nosotros no podemos actualizar las encuestas que utilizamos para medir la pobreza o para medir una vivienda digna. Actualizarla nos costaría millones de pesos”.

Nosotros les respondíamos, “vayan a ver todos los programas de vivienda que se han impulsado en las zonas rurales. Están abandonados por que no les sirven a los habitantes y eso cuesta más millones de pesos, ¿o no?”

Onnis: Existe mucha perversión detrás de estas políticas públicas porque la producción de la vivienda en zonas rurales y vernáculas forma parte de todo un sistema de vida. Cuando llegan estas políticas publicas e imponen una forma de construir que no se integra al medio donde se vive, rompen también el tejido social, las dinámicas económicas, la producción de alimentos, y finalmente terminan generando más pobreza.

Consideramos que todo eso sucede tras del deseo de mantener el control sobre estas comunidades. Estas comunidades siempre han trabajado en conjunto, y cuando llegan los apoyos gubernamentales, tienden a la individualización de la producción no solo de la vivienda sino económica de toda la zona.

Mariana: Por ejemplo, ahorita estamos trabajando en una zona que fue dañado por los terremotos, en colaboración con Fundación Haciendas del Mundo Maya. La mayoría de los lugares afectados son los estados con mayor número de indígenas. Toda la política de reconstrucción está enfocada al uso de unas tarjetas, y en esas tarjetas lo único que puedes hacer es comprar materiales industrializados en centros autorizados por el gobierno.

Estamos trabajando en una comunidad en Oaxaca donde están a 5 horas de viaje al centro urbano más cercano. Comprar el block para construir sus viviendas son 5 horas de transporte. Evidentemente, hay muchísima gente beneficiándose con la compra de estos materiales—pero no la comunidad misma.

Si ellos fueran a producir su vivienda con los materiales tradicionales como lo han hecho hasta ahora, tendrían una calidad de espacio superior a si lo hicieran con estos materiales industrializados. Estos llevan a que se reduzcan los metros cuadrados y la comodidad.

Casa maya en construcción. Foto: Onnis Luque.

¿Como han respondido a su proyecto en México y en el extranjero?

Mariana: Ha habido interés en publicarlo y demás, pero creo que más bien ha habido interés hacia afuera que hacia adentro del país.

Onnis: En México, creo que ha habido una respuesta positiva porque, por lo menos en el medio de la arquitectura, se reconoce el valor de la vivienda vernácula, aunque no se lleva a la práctica.

Existe muchas investigaciones previas a la nuestra de este mismo tema, pero han sido muy enfocadas a la vivienda maya, por ejemplo, o a temas muy particulares. La diferencia igual de este proyecto es que pretende englobar toda la vivienda tradicional, y también mostrar sus modificaciones porque en el paso del tiempo se han transformado las dinámicas sociales en las comunidades, y eso ha impactado la forma en la que se produce la vivienda hoy en día.

Casa Tzeltal. Foto: Onnis Luque.

Por ejemplo, la migración de hombres sobre todo de los pueblos a los Estados Unidos ha hecho que se pierda el conocimiento: la transmisión del conocimiento de padres, abuelos, a hijos. Y eso es algo de lo que pretendemos rescatar antes de que se pierda completamente.

Cuéntame sobre algunas de las casas en sus fotos. 

Mariana: Una de las tipologías mosaicas, como las llamamos, muestra puramente la vivienda tradicional maya. La que se ha logrado conservar al 100%. El otro mosaico muestra justo estas transformaciones que están surgiendo ahora.

Casa maya tradicional. Foto: Onnis Luque.
Casa maya modificada. Foto: Onnis Luque.

Existen muchos temas involucrados en estas transformaciones, desde sociales y económicos hasta políticos. Todas estas modificaciones, como mencionaba Onnis, tienen como distintas aristas. Una de ellas es que se está perdiendo el conocimiento y la transición de él a través de generaciones.

Otra es la desaparición de una de las palmas usadas para la elaboración de los techos. Por un lado, se prohíbe la construcción de vivienda con este material, pero, por otro lado, por la zona hotelera de Cancún, todas las palapas en hoteles 5 estrellas están hechos con este. Esto ha puesto en peligro la construcción arquitectónica rural.

Otra foto muestra una casa con su dueño. Él se fue a los Estados Unidos y desde ahí mandó el dinero para que reemplazaran toda la piedra por block.

Casa maya modificada. Foto: Onnis Luque.

Existe un tema social aspiracional ya que hoy en día los materiales industrializados denotan que uno ya no es pobre. Entonces, también estas políticas van permeando en la concepción que tienen las mismas comunidades de su producción. Te dicen a ti, como poblador, que lo que tú haces no sirve.

Onnis: Aunque es un poco irónico porque cuando les preguntamos directamente a los pobladores en cuál casa viven con mayor comodidad, ellos siempre nos respondieron que, en la vernácula, en la tradicional. Pero las nuevas generaciones prefieren vivir en una casa de block por una cuestión de estatus.

Mariana: Un señor nos decía, “Bueno, pues a mí me gusta más esa, pero si en mi pueblo te quieres casar tienes que tener una casa de block”. Ahora ninguna mujer se quiere casar contigo si eres pobre, si tienes esta casa.

Casa maya. Foto: Onnis Luque.

Onnis: Pero muchos vecinos están muy orgullosos de su propia casa y de su propio conocimiento, aunque existen estas cuestiones de estatus, siempre que llegamos terminan ellos hablando con mucho orgullo y sintiéndose muy contentos de que alguien se interese en lo que, para ellos, es forma de vida.

No queremos hablar de una manera abstracta de la vivienda vernácula. Nos interesa decir que hay gente que hace eso, que hay una persona que vive ahí, que hay una persona que pone mucho amor y pone toda su vida, prácticamente en su vivienda, como para que una política pública llegue y se convierta en un crédito hipotecario más allá de la casa y la vida de una persona. Por eso se nos hace relevante estos retratos del dueño de la casa, o de la familia.

Foto: Onnis Luque.

Mariana: También tenemos fotos de un proyecto de reconstrucción que estamos haciendo en Oaxaca. Estas muestran la tipología tradicional, hecha con bloques de adobe. El terremoto afectó gravemente estas estructuras.

Si observas en las imágenes no hay cimientos—los bloques de adobe están puestos directamente sobre el suelo. Antes, sus abuelos sí ponían cimiento de piedra, pero extraer la piedra toma mucho tiempo, y es tiempo que le quitan a la producción de la milpa, del maíz, del frijol, y de todos los temas alimenticios. Entonces decidieron omitir eso para tener más tiempo libre para las actividades productivas. Y debido a esto han comenzado a tener problemas con los sismos.

Casa mixe en Oaxaca. Credit: Onnis Luque.

Lo que estamos haciendo nosotros es trabajar únicamente para mejorar el sistema estructural, sin modificar las viviendas en términos ni de proporciones, ni de composición, ni de organización de elementos.

Esta comunidad rechazó la construcción con los materiales que propuso el gobierno para reconstruir. Dijeron que quieren conservar su cultura, sus costumbres, sus tradiciones, y van a reconstruir bajo sus propios términos. Entonces con ellos vamos a estar desarrollando 150 casas de adobe, pero ahora serán resistentes.

Eso es lo que principalmente queremos hacer: llegar a una visión sistémica del territorio, entendiendo una vivienda vernácula junto a qué clima hay, qué tipo de fenómenos naturales hay, qué tipo de suelo…o sea, absolutamente todo.

Esta es la maravilla, la visión sistémica que logran estos pueblos originarios para plasmar todo ese conocimiento.

 

Esta entrevista ha sido editada y condensada.

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