La ciudad como zona fronteriza

Los arquitectos Ersela Kripa y Stephen Mueller, fundadores de la firma AGENCY de El Paso, hablan sobre la realidad y la retórica de la frontera entre los Estados Unidos y México.

April 30, 2018

Aerial view of El Paso and Juarez. Credit: Ron Reiring via CC 2.0

Una entrevista con AGENCY, uno de los ganadores del concurso Emerging Voices (Voces Emergentes) 2018.

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En 2015, los arquitectos Ersela Kripa y Stephen Mueller viajaron por el suroeste de los Estados Unidos estudiando los espacios urbanos militarizados para su próximo libro. Mientras se dirigían a un pueblo fantasma de Nuevo México que ahora funciona como un complejo de entrenamiento de seguridad (simulando completamente un pueblo afgano), se detuvieron en El Paso y se encontraron fascinados por la cultura binacional de la ciudad. Un año más tarde se mudaron a dicha ciudad.

Sarah Wesseler, editora digital de The Architectural League, habló con ellos sobre El Paso y sus implicaciones referente a su trabajo.

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¿Cómo sus experiencias en El Paso han afectado su opinión sobre las discusiones políticas en cuanto a la construcción del muro en los Estados Unidos actualmente?

Ersela Kripa: La verdad es que la vida en este lugar ha sido reducida a una sola realidad para el resto de la nación. La gente habla de un muro fronterizo, pero ignora el hecho de que la cultura mexicana ha existido aquí por siglos.

Existen 2.2 millones de habitantes en Ciudad Juárez y alrededor de 800,000 en El Paso, y la verdad es que somos una sola ciudad, con una sola cultura. Existen familias que viven en ambos lados de la frontera. La valla fronteriza resulta muy prominente, atraviesa ambos centros urbanos que de otro modo estarían conectados, pero la mayoría de la gente aquí viaja diariamente de un país a otro.

Por lo que resulta frustrante que la conversación política se centre en la seguridad nacional o en un muro fronterizo. Nuestro trabajo analiza otros temas que construyen o disuelven los límites entre las dos ciudades y las dos naciones, sin pensar realmente sobre lo absurdo de un muro divisorio.

El Paso y Ciudad Juárez. Crédito: Jasperdo vía CC ND 2

Stephen Mueller: Nosotros intentamos identificar los factores que limitan la comunicación entre los dos países para poder abrir las compuertas de alguna manera.

Por ejemplo, no existen muchas bases de datos que compartan información geoespacial o ambiental entre las jurisdicciones de cada nación. Así que algunos de nuestros proyectos brindan diferentes formas de compartir recursos como los antes mencionados.

En el pasado has hablado de tener estudiantes que viajan desde México para asistir a tus clases. ¿Me puedes comentar más sobre la escuela?

Kripa: Enseñamos en un campus satélite de Texas Tech. Tiene cerca de 10 años. El campus principal está a seis horas de distancia en Lubbock, y ellos reconocieron la necesidad de tener una escuela de arquitectura en esta región.

Nuestra escuela está exactamente en la frontera: la valla fronteriza está a unos 46 metros de distancia. La escuela se encuentra dentro de una estación de tren en el centro de la ciudad, un edificio de Daniel Burnham.

La Estación Central de El Paso, sede del programa de arquitectura local de Texas Tech. Dominio público.

Mueller: Nuestro cuerpo estudiantil es casi 100% hispano. También existe un alto nivel de profesores hispanos. Es único entre las escuelas de arquitectura en los Estados Unidos y refleja la singularidad de la región y su demografía dentro de los Estados Unidos.

Kripa: Algo así como 30% de nuestros estudiantes son de Ciudad Juárez. Ellos cruzan la frontera todos los días para ir a la escuela. Su desafío por obtener una educación es muy diferente a la de un estudiante estándar. Situaciones como quedarse hasta tarde en el estudio toman una forma diferente. Simplemente, por ejemplo, no puedes manejar a Ciudad Juárez a las 3 AM.

Sin embargo, existen cosas muy graciosas, como cuando los estudiantes necesitan materiales para elaborar una maqueta, ellos simplemente cruzan a Ciudad Juárez y consiguen su plexiglás o lo que sea porque es más barato.

Cuéntame sobre el actual trabajo de AGENCY relacionado con la frontera.

Mueller: Uno de los proyectos que hemos estado trabajando observa el polvo y las partículas aerotransportadas como un vector que ignora las fronteras, pero que define el espacio de la frontera.

Aquí en El Paso y Ciudad Juárez, el desierto chihuahuense realmente caracteriza el paisaje y la atmósfera.

El desierto de Chihuahua. Crédito: Dave Hensley vía CC por NC ND 2

Las tormentas y migración de polvo son un problema en términos de visibilidad, pero también de salud pública. El polvo es un vector para alérgenos y patógenos, especialmente el polvo fino que viaja a través de la frontera. Ingerirlo puede afectar la salud de las personas terriblemente.

Nosotros estamos proponiendo medir y visualizar algunos de los eventos de polvo en el área. En este momento existen estaciones de monitoreo de la calidad del aire que informan sobre las transmisiones regionales y la calidad del aire diariamente y mensualmente; las imágenes satelitales a veces se utilizan para rastrear tormentas de polvo. Pero nuestra investigación se encuentra descubriendo la necesidad de una visualización a mayor escala y, quizá, un mecanismo de respuesta.

Así que nos encontramos trabajando en el prototipo. Es una infraestructura desplegable de muy bajo costo que se puede instalar en propiedades individuales en ambos lados de la frontera. Actualmente estamos observando dos comunidades, ambas con recursos relativamente bajos, una en México y otra en Nuevo México.

Muro fronterizo que divide Anapra, México de Nuevo México. AGENCY planea desplegar sensores de polvo en esta área, el cual se encuentra en las afueras de El Paso. Crédito: AGENCY Architecture LLC

Esperamos implementar una serie de estos sensores no solo para crear esta nueva fuente de datos, sino también crear una campaña de promoción y concientización sobre los problemas de salud pública. Queremos enfatizar que están vinculados directamente con nuestro tratamiento del entorno construido. Muchas de las partículas suspendidas en el aire se producen por la demolición y construcción. Como resultado, se produce la desertificación en la región y deforestación en la cuenca, que ha introducido mucho de lo que nosotros conocemos como “continente en el cielo”.

Kripa: Otro proyecto en el que estamos trabajando: mis alumnos se encuentran observando un sitio que solía ser una fundición de cobre. Este tipo de infraestructuras prevalecen en la frontera, en burbujas jurisdiccionales. Mis estudiantes se encuentran observando la contaminación del aire y la contaminación del acuífero como resultado de estar ubicado exactamente en la frontera.

Estamos realizando esta investigación en conjunto con Kathy Velikov en la Universidad de Michigan. Sus estudiantes se encuentran observando la política binacional del agua aquí en El Paso y Ciudad Juárez. Yo me encuentro observando la contaminación de la tierra y del suelo, y el estudio de Stephen observa la contaminación del aire y el polvo. Así que nos encontramos imaginando el construir de un estudio seccional de la frontera.

Esto forma parte de una colaboración más amplia que inició Tatiana Bilbao en la GSAPP de la Universidad de Columbia, que involucra programas de arquitectura a través de los Estados Unidos y México. Uno de los objetivos es reenfocar la conversación fronteriza en cuestiones de infraestructura, diseño y relaciones culturales duraderas. Es, sin duda, una clara refutación al actual discurso político.

Cruce fronterizo entre El Paso-Ciudad Juárez. Dominio público

Mueller: Esto es representativo de la condición en la que nos encontramos. Estamos participando en conversaciones continentales más amplias que conciben el espacio fronterizo como algo transformador en la cultura de la actualidad, y somos una de las pocas voces en la frontera. El Paso es la única área metropolitana grande que se extiende literalmente por toda la frontera; nuestra escuela de arquitectura es la única que literalmente y físicamente se ubica al margen.

Ersela, pasaste varios años como refugiada durante tu infancia. ¿Cómo afecta eso a tu trabajo en la actualidad?

Kripa: Crecí en Albania y huí en 1990, en la caída del comunismo. Terminé siendo una inmigrante indocumentada en Grecia durante aproximadamente cuatro años. Fui a la escuela con documentos falsos. Así que entiendo completamente la psicología de tener que encontrar un espacio en la valla fronteriza.

En mi trabajo, siempre me encuentro en busca de quién se ha quedado fuera de la conversación, quiénes no están dentro de la mesa de toma de decisiones y cómo las personas sin voz se ven afectadas. Esa era la persona quien yo era. Incluso antes de salir de Albania, crecí en una familia perseguida políticamente; fuimos relegados a viviendas de menores dimensiones, con menos raciones de comida, realmente no podíamos aspirar a una educación superior.

Así que siempre me encuentro observando a los que salen más perjudicados.

 

Entrevista editada y condensada. Traducido desde inglés.

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